La esencia de los libros está en el trozo de alma que su escritor ha dejado en ellos y que vaga por sus páginas como naufrago a la deriva.
El mundo sin libros perdería su sentido para nosotros, los lectores incondicionales, que los utilizamos como vía de escape para evadirnos de la realidad por un momento y sumergirnos en una ola de placer y felicidad. Dios (o quien quiera que esté ahí arriba) perdone a todos esos seres humanos que viven sin lectura, la desprecian y la tachan de aburrida, todos ellos viven controlados por la caja tonta, el arma más eficaz para controlar y destruir mentes.
Little Poynter, xx!
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