Mentiras.
Y a él se le ocurrió pronunciar esa frase tan famosa y tan estúpida que le viene a uno a la cabeza y dijo;
- Te quiero.
Y entonces ella dijo otra de esas estupideces que se dicen en esos raros momentos de nuestras vidas, cuando parecen mágicos, únicos e importantes, y no tememos que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas ni que la tierra se abra bajo nuestros pies, porque moriríamos felices, entonces ella concluyó;
- Para toda la vida.
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